Una inquietud, una respuesta
Hace unas semanas, el MNI recibió una pregunta anónima que citamos a continuación:
Lamentablemente, este tema no es nuestro campo de experiencia directa, pero sabemos que muchos simpatizantes buscan conocer nuestros puntos de vista. En el espíritu del Movimiento Nacionalista Izhanih, nos acercamos a un estudiante de pedagogía, nacionalista y patriota, para que nos diera un análisis desde esta óptica. En el MNI, si no tenemos la respuesta, te ayudamos a buscarla, porque creemos en la formación y la camaradería, no estás solo, ya tienes una comunidad que te respalda, este fue el artículo resultante:
MEXICANOS NACIONALISTAS
¡CUIDEMOS A NUESTROS NIÑOS Y JOVENES!
Un camarada mío me mando este caso venido de una pregunta anónima que se le fue hecha en redes sociales y que se me fue dado a mi para someterlo a un análisis; el caso sería este;
“Soy asistente educativo. Tengo un caso de un niño que se inclina por cosas femeninas, incluso dijo que para navidad quiere una cocinita, pero su mama no quiere hacerlo (lo cual me da a entender que no está siendo presionado/influenciado ella), cuando me habla de eso, no sé qué responderle.”
Como bien mencioné, se me solicitó ayuda para brindar un análisis psico/pedagógico con ayuda de unos camaradas dedicados a la educación y a la psicología respectivamente. Debido a la poca información de la pregunta, no es posible hacer un análisis más profundo; sin embargo, aquí si hay una opinión que dar al respecto, gracias a la observación de uno de camaradas dio al leer el caso podemos decir que un niño pequeño que haga actividades (mejor dicho juegos infantiles) que por lo general no parecieran alineados a su rol de género no necesariamente es una anomalía, una alarma o un síntoma de que el niño vaya a desviarse de su condición biológica; solo es un niño pequeño que hace lo que cualquier niño hace; curiosear y experimentar, no tiene nada de malo que un niño pequeño quiera una cocina de juguete para poder jugar con su imaginación y porque no; el despertar un gusto que un futuro pueda convertirse en una habilidad que le sirva en la vida.
Ahí no hay nada preocupante, la sugerencia seria vigilar y orientar al niño sobre educación sexual y los componentes de una identidad masculina. Nuevamente se reitera que no se tiene mucha información sobre del caso, por lo que al final de este articulo pondré el contacto de un camarada que se dedica a la psicología, con quien podrán consultar sobre este tipo de cuestiones que son menester para la salud mental y emocional de los mexicanos y, sobre todo, de los futuros adultos.
Como nacionalistas debemos entender que para hacer un cambio social en nuestro país, debemos fijarnos en nuestras juventudes, lo que consumen y lo que los rodea y cómo podemos leer esto no es otra cosa más que la degeneración y la descomposición social, psicológica y casi biológica a la cual las futuras generaciones mexicanas están expuestas peligrosamente por las perversas fuerzas globalistas. Particularmente en este caso, es importante que el niño reciba una buena y sana influencia de masculinidad y que este rodeado mas que nada de personas que le doten de un desarrollo emocional normal y que se le enseñe un básico conocimiento de su sexualidad normal acorde a su edad, alejado de toda tendencia modernista de las ideologías del género y progresistas degeneradas. Pero existe otro factor que tambien es el responsable de la buena o mala calidad del buen desarrollo emocional y sexual del niño es; La presencia de la figura paternal masculina en la vida del niño y la atención de los padres con ellos, la no prevención y el relajamiento de los padres, el negarse a ver o a señalar los peligros que este mundo y sus ideologías modernas representan para los jóvenes y futuras generaciones, podría conllevar a un camino que ponga al menor en conflicto hasta con su propia identidad y lo arrastre a una espiral de resentimiento como hemos visto ocurrir con las juventudes progresistas.
Los nacionalistas mexicanos debemos de imponernos la idea de que los adultos y parejas que desean formar una familia deben realmente reeducarse y asumir lo que implica el tener un vínculo de esta naturaleza; los hijos son lo más sagrado que existe en este mundo y proteger su conciencia y fortalecerlos en principios y valores así como el darles un desarrollo cognitivo y emocional adecuado para que cuando sean adultos y personas responsables, puedan volverse patriotas y nacionalistas útiles a su sociedad.
Renegar de estos deberes no es otra cosa más que una evidencia más de en lo que se convirtió esta patética modernidad perversa en el cual los niños y jóvenes mexicanos (y del mundo) son expuestos al constante bombardeo progresista de las instituciones, ambiente educativo estatal y el contenido consumido en la televisión y la abrumadora información en redes sociales.
Debemos tener presente que en México y en la raza y pueblo mexicano debe de regresar la cultura de la prevención social, educativa, psicológica a como de lugar y sobre todo el que regrese a la educación y preparación para formar una familia, la puericultura, la administración familiar y las enseñanzas de cómo criar a un hijo, cómo ser un padre y madre de familia. Estas actitudes deben de regresar como disciplinas, pues los enemigos de la nación buscan reproducirse por contagio ideológico. Proteger al infante no sólo es una obligación moral de padres, un instinto evolutivo básico, pero además también es defender el interés de la nación misma.
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