Qué vas a hacer por tu país?
Se viven momentos de altas tensiones sociales, económicas y sobre todo políticas dentro del país y cada día que pasa solo se intensifican. La frase atribuida al expresidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, resuena con una fuerza particular hoy en día: “No pienses qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tú país”. Este es el llamado a la acción que hoy más que nunca es necesario para que una nación con una riqueza como México pueda salir de las aguas turbulentas que atraviesa.
México se encuentra en un estado de alto paternalismo estatal que ha dejado huellas profundas dentro de las generaciones. Durante muchas décadas, las políticas gubernamentales han fomentado la percepción ciudadana de que el gobierno es el único encargado y responsable de resolver los problemas que suceden dentro de la sociedad. Aunque definitivamente el Estado tiene la obligación de brindar algunas garantías, tristemente con el paso del tiempo le ha fomentado una mentalidad de dependencia al ciudadano, que le llega a limitar su capacidad de actuar de manera independiente como un agente de cambio.
El ejemplo más claro y que es una situación que se está desarrollando en la actualidad, es que la ciudadanía ha estado atravesando una ola de violencia extrema que se debe a la incapacidad no solo gubernamental, sino también a la mediocridad de las políticas de seguridad pública, la famosa llamada “Abrazos, no balazos”, política que pretende atacar la inseguridad y el crimen organizado desde la “raíz”. Mientras se combaten las “raíces” el país se encuentra vulnerable esperando una acción contundente, lo que nos lleva al momento en el cual el presidente Donald Trump designo a los carteles del crimen organizado como organizaciones terroristas.
Ante la situación en la cual se encuentra México, éste debe de reaccionar de manera adecuada si busca mantener al vecino del norte contento, pero parece ser que busca simplemente ignorar y hacer lo contrario. La presidenta Claudia Sheinbaum consideró que dicha acción era extrema y que no había razón de designarlo de tal manera, ya que ella y su gabinete serían los encargados de poner al crimen organizado en su lugar.
Dicha postura desató una ola de críticas y aumentó con la división social y aquí es donde llegamos al punto de ebullición social. El sector poblacional que apoya a la presidenta llama extremo a Donald Trump y por otro lado tenemos a una sociedad harta y desesperada que simplemente busca tener su seguridad de regreso, aquí es donde entra la acción.
Desafortunadamente el mexicano es un individuo muy confianzudo que lo ha llevado a estar en situaciones complejas como lo es la inseguridad. En tiempos de campaña, todos los políticos hacen las mejores promesas posibles con la finalidad de obtener los votos.
Es esta la principal fuente del problema, es la misma situación cada vez que hay elecciones para cualquier tipo de puesto gubernamental, promesas, promesas y más promesas, mientras ellos ganan el puesto el mexicano sigue perdiendo, ya que las promesas nunca llegan a realizarse. Nuevamente alguien abusó de la confianza del mexicano y a esperar otros 6 años a que venga una verdadera solución verdadera.
Siempre se habla de cómo poner de pie al país y cada 6 años, la solución se envuelve y entrega o en la forma de un político que tiene todas las respuestas (posteriormente tendrá todas las excusas) o en la forma de un político que representa una alternativa menos peor. Si realmente se busca poner en pie a una nación, es necesario en este espacio y tiempo que vive el mexicano cuando nuestra resolución debe caracterizarse por una transformación de la naturaleza de su acción política, es el momento de llevar todas sus ideas a la práctica, es momento de empezar a crear verdadera presión política a todos los políticos que no estén haciendo su trabajo de manera CORRECTA que son la gran mayoría, si no es que todos.
En teoría los políticos trabajan para los ciudadanos, los ciudadanos tienen el poder de decidir quien se queda con el puesto. Por eso, es el momento de que la participación ciudadana sea la mayor que se ha visto en décadas pasadas, es momento de que las generaciones jóvenes aprendan que hay un sistema que está diseñado para evitar que avancen y se desarrollen en la medida que ellos consideren adecuada. Es el momento de un movimiento que brinde una verdadera educación política donde se presenten las formas de llevar acabo cualquier acción que se requiera dentro de su comunidad, que este acompañada de una conciencia nacional, misma que es extremadamente necesaria para evitar tener personas que vendan su voto al mejor postor.
Se tienen grandes obstáculos para lograr semejante movimiento dentro de una sociedad donde cada día crece más la influencia en ser un ser individual, que es exacerbado por el fenómeno de la globalización. Es difícil crear dicha consciencia, pero nada es imposible cuando se tiene la convicción necesaria para sacar a un país de las situaciones críticas que atraviesa. Más aún, este llamado no apela a un romántico sentido de heroísmo que puede ser inexistente en una sociedad en decadencia, sino al más pragmático y básico sentido de autoconservación. Si queremos sobrevivir al colapso, es necesario organizarse en colectivo.
Nosotros tenemos nuestra resolución clara, mientras haya inocencia y algo que proteger, seguiremos peleando. Es tiempo que dejes de pensar en que te van a dar los políticos, es tiempo de que hagas algo por ti y los tuyos, todo cambio inicia con la acción más mínima.
Sé él copo de nieve que puede provocar la avalancha de la reacción.
-Mr. Alejandro
Edición: La administración