En un México cada vez más asediado por la delincuencia y la impunidad, el caso de una anciana que defendió su hogar de invasores ilegales ha despertado la conciencia nacional. Mientras la Fiscalía ignora denuncias ciudadanas, pero actúa con rapidez cuando un ciudadano se defiende, queda en evidencia el verdadero rostro del Estado fallido. Desde el Movimiento Nacionalista Izhanih, este caso no es una simple anécdota: es el síntoma de un despertar colectivo frente a un sistema que protege al criminal y castiga al ciudadano. ¿Estamos ante el inicio de una nueva etapa de hartazgo y organización?

En México, la burocracia ha dejado de ser una herramienta de orden para convertirse en una red de opacidad, corrupción e ineficiencia. Este artículo analiza cómo el aparato estatal obstaculiza la vida del ciudadano común y propone una solución pragmática: eficiencia gubernamental real.